miércoles, 19 de junio de 2013

El autógrafo de su Majestad, el rey.

Buenos días,
211,97 € es lo que me ha costado que el rey me eche una firmita en el título de licenciada. Además, el pobre está mayor, y la muñeca se le ha quedado resentida de numerosas hazañas con elefantes (no malpenséis, él solo los mata) así que el papelillo en cuestión puede tardarme prácticamente un año. Y es que nuestro rey, el rey de todos, el campechano, risueño, amable, carismático y optimista, ese mismo, tiene mucha faena.

Imaginaos tener que firmar unos 1000 títulos al año a 211,97 euros el título (no descontaré el importe de los litros de tinta que debe gastar con la firmita, porque todos sabemos que la tinta es prácticamente oro). Si no me equivoco en las cuentas (multiplicar por 1000 siempre se me ha dado bien) sale a unos 211.970 €. Sinceramente, y tal como está el país, deberíamos propulsar un decreto ley, que nos permitiera crear empleo como "firmadores de títulos", sin esperas y cobrando los 211,97 euros por título. Habría hostias por el puesto. Yo me daría de hostias por un puesto así.

Pero claro, hemos de ayudar a la casa real, porque en estos tiempos de recortes, estan pasándolo fatal. No se si sabréis, que nuestra casa real, es la más austera de Europa; el presupuesto público anual asignado a la Casa Real es de solo 8 millones de euros frente a los 28 millones que cuesta la presidencia de la república en Alemania o los 45,6 millones que se lleva la corona en Reino Unido.

Pero nuestros reyes, como buenos españoles de adopción, aprenden rápido y se acomodan fácilmente a las costumbres del país y sus ciudadanos. ¿De qué hablo? De las mentiras y el engaño. Esos 8 millones sólo cubren una mínima fracción de lo que realmente gasta la Casa Real. Las facturas más importantes están camufladas. El Ministerio de Exteriores paga los viajes oficiales. Interior, la seguridad. Defensa, la Guardia Real. Hacienda, el parque móvil: 45 coches oficiales con 61 chóferes. Presidencia, los 135 funcionarios de Zarzuela para que le laven a nuestro rey los calzones, aunque se comenta que Corinna es quien realmente lo hace; Y Patrimonio del Estado, los jardines, los palacios y también ese yate 'regalado', el 'Fortuna'; solo su mantenimiento cuesta 1,8 millones al año.


Nuestro fantástico rey, imitando a el gran Michael Jackson.


Así que desde aquí me dirijo al rey, a mi rey, a ese que va a dejarme el Bribón cuando yo quiera para ir a darme un chapuzón. Don Juan Carlos (me parece una barbaridad llamar Juancar a alguien que tiene la sangre de color azul) gracias por sus innumerables ayudas y favores a este país. Gracias por la publicidad en el extranjero que hace de España, gracias por seguir con esa sonrisa pese a la cadera, el fémur, la puñetera rodilla, el codo, el pulmón y las caídas. Y también pese a esa panda de hijos inútiles e insufribles, que incomprensiblemente han venido de su genética.

Y sobretodo, muchas gracias por cobrarme sólo 211,97€ para su firmita. Espero que usted y el señor del gobierno que los cobra vayan a pegarse un banquetillo a mi salud, o mejor a la suya, que creo le hace más falta.

Indignada desde mi sofá,

Silvia.





lunes, 3 de junio de 2013

Los sofaindignados

Mítico sofá de la serie Friends.
Buenas,
soy Silvia, tengo 22 años, soy bióloga (sin trabajo, obviamente) y soy una sofaindignada.

Me indigno constantemente, viendo las noticias, leyendo diarios, viviendo mi día a día. Me indigno. Pero estoy tan profundamente acostumbrada a ello, que creo que nada va a solucionarlo.

He decidido crear este blog, para que no me salga una úlcera y a la vez para dejar en paz a los que viven conmigo, que están hartos de oír como me quejo.

Me gustaría explicaros en qué consiste ser una sofaindignada.
Hubo un tiempo en que fui indignada de manual, de las que creen en la política, en el derecho a voto, en los ideales, en los principios, de las que salen a la calle a quejarse. Ya no. Estoy harta, paso de moverme de mi sofá. No va a servir de nada, nadie va a mover un dedo por nosotros, así que, ¿para qué moverlo yo?

Mi plan de ser indignada de sofá empezó a pasar factura en cuanto me puse a ello. Mis padres estan hartos de mi. No paro de ponerme roja de rabia con mil cosas al día, injusticias y he pensado que éste es un buen sitio para indignarme. No he de moverme (sólo los dedos, pero creo que podré soportarlo), así que allá voy.


Indignadamente desde mi sofá,

Silvia.